27/10/11

Esta noche en la Sexta: "El luchador" (Darren Aronofsky, 2009)


Aprovechando que la Sexta emite esta noche a las 00:35h. "El luchador", aprovecho para recuperar la crítica que escribí entonces sobre este buen film. Por cierto que su director, el talentoso Darren Aronofsky, parece que ya tiene un nuevo y ambicioso proyecto entre manos: "El Arca de Noe".

Os dejo con la crítica:

Darren Aronofsky define su última película, más que como un film estrictamente deportivo, “como un drama muy humano y sensible, en la linea estilística del retrato intimo de una vida. No hace falta ser un seguidor de la lucha libre para disfrutar del fim.”

Estoy totalmente de acuerdo con esta definición clara y honesta. A pesar de que la historia de “The Wrestler” (“El Luchador”) no es demasiado original, está muy bien contada, y este tipo de relatos, cuando estan bien trazados, resultan altamente emotivos

La biografía de este Randy “Ram” Robinson recuerda mucho a la de el púgil español Miguel Urtain: alguien que en el ring fue un mito, pero que fuera de él fue derrotado por la vida. Además, resulta tremendamente obvia, pero no por ello menos potente y fantástica, la simbiosis que se produce entre el personaje y el actor, Mickey Rourke: un tipo que en los 80 fue un icono (en su máximo esplendor con su papel en “9 semanas y media”), pero que 20 años después ha sido relegado al olvido. Rourke compone (o más bien se funde con) un peripatético y a la vez entrañable Randy “Ram” Robinson. 

Con todos estos ingredientes, “The Wrestler” es un retrato intimista y descarnado de un inadaptado, un hombre que intenta encontrar su lugar en el mundo y hacer bien las cosas fuera de lo único que sabe hacer realmente bien: pelear. Una frase que le dice al personaje de Cassidy (Marisa Tomei), define sus sentimientos hacia el mundo y su tragedia personal: “Aquí (en el ring) mi corazón está bien, sólo me lo rompen cuando salgo afuera”. 

Lejos del innovador estilo mostrado en películas como “Pí” (1998) o “Requiem for a dream” (2000), Aronofsy utiliza esta vez un lenguaje bastante clásico y un ritmo bastante pausado, que se adaptan perfectamente a la historia. Eso sí, destaca el trabajo de la cámara, muy cerca siempre del personaje para potenciar su visión del mundo que le rodea, como en esa magnífica escena en que Randy se prepara para salir a atender clientes en el supermercado, tras la cortina de plástico, mientras cree escuchar ahí afuera el clamor de sus fans, como si estuviese a punto de salir al ring. 

Sin embargo, hay que decir que el film, aunque transpira verdad por todos sus poros, recurre también a muchos tópicos del drama a la americana: personajes perdedores con vidas desestructuradas, tendencia al pesimismo enmarcado en ambientes sórdidos y deprimentes, el vacío y el feísmo de lo cotidiano, situaciones lacrimógenas, etc.

En definitiva, un retal de vida rasgado que hará disfrutar, e incluso derramar alguna lágrima, a todos aquello que disfruten de las historias duras de naufragios personales, y no solamente, aunque seguro que también muchísimo, a los amantes de ese deporte – espectáculo, el wrestling americano, que es en sí mismo un gran teatro, como la propia vida.

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