14/3/09

Plano Detalle: El Cine Negro (2)

Factores, causas y motivaciones


En primer lugar, como réplica a los protagonistas masculinos, hay que hablar de una figura femenina imprescindible en el cine negro: la femme fatale.


Después de la I Guerra Mundial, la imagen de la mujer (sobre todo en EUA) había cambiado, y hay quien afirma que la mujer fatal (o vamp, como se las llamaba allí), representaba los miedos masculinos ante una mujer mucho más liberada y activa. Algunas femme fatale incluso fumaban, lo cual en aquella época podía ser visto como escandaloso.


Rita Hayworth en "Gilda" (Charles Vidor, 1946)


Ciertamente, la femme fatale no fue inventada por el cine negro, pero esta figura encajaba como anillo al dedo en las producciones noir. En efecto, en sus vertientes más resabiada o más aparentemente inocente, la mujer fatal es toda un icono del noir, un arquetipo que incluso ha trascendido al cine, por su glamour, su perversidad y su encanto irresistible. Y suele ser ese encanto el que utilizan para engatusar al protagonista y arrastarlo a la senda del crimen, la mayoría de las veces con intereses económicos (“Perdición”, “El Halcón Maltés”, “Detour”, “Fuego en el cuerpo”). En ocasiones, la (insana) influencia que ejercen sobre el protagonista puede escapárseles de las manos y desatar el crimen pasional, convirtiendose en las víctimas (“Perversidad”).


Edward G. Robinson a los pies de Joan Bennett en "Perversidad" ("Scarlet Street", Fritz Lang, 1945)


Pero sería injusto referirse a la femme fatal como el único elemento corruptor del alma del protagonista, ya que no siempre este elemento se encuentra presente.


El otro factor determinante en el universo noir es la sociedad, vista como un elemento alienador, que ahoga al individuo y lo aboca al fracaso. En concreto, esto se plasma en el auténtico decorado del cine negro, la ciudad, que actua como una angustiosa red que atrapa al protagonista, y de la que alguien mueve los hilos en la sombra. Tienen especial interés los ambientes nocturnos y sórdidos, que impregnan las películas de ese tono oscuro y misterioso tan característico.


Fotograma de la primera escena de "Perdición" ("Double Indemnity", Billy Wilder, 1944)


En relación con esto, en el fondo de la mayoria de filmes noir hay una crítica a la corrupción del sistema, a un orden social injusto. Uno de los ejemplos más ilustrativos de esto último es “Chinatown” (auténtico cine negro moderno) en la que el detective privado Jack Gittes (Jack Nicholson) intenta desvelar una trama de corrupción política y económica en el ayuntamiento de Los Ángeles, para acabar dando con algo mucho más turbio.


Sea como fuere, los argumentos del noir suelen estar impregnados por la fatalidad. El cine negro es una mirada pesimista hacia un mundo duro, sin concesiones, lleno de dificultades. El protagonista suele verse envuelto en unas circunstancias insoportables, y cuanto más lucha por salir a flote, más se hunde. Otro claro ejemplo de esto sería “Con las horas contadas”, en la que su protagonista, sin comerlo ni beberlo, se verá sentenciado a muerte por estar involuntariamente en el centro de una trama mafiosa.


Suele decirse que esta crítica social y esta mirada pesimista podrían tener que ver con el trauma post-2ª Guerra Mundial y las penalidades de los duros años que la siguieron.


En próximos posts seguiré ocupándome de este interesantísimo género.

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